martes, 3 de marzo de 2015

¡Corre Forrest, corre!

Resulta que el otro día vi la galardonada película Forrest Gump. Fue la primera vez, y me sorprendió ver que esta esta película tiene un mensaje que yo siempre he defendido, normalmente criticamos a la gente por el hecho de ser diferente, raro, anormal... simplemente por el hecho de ser "diferentes". Pero, ¿y si los que realmente diferentes son el resto? A Forrest Gump, le enseña su madre que él no es diferente ni raro, son los demás. Y él puede llegar a conseguir lo que se proponga, y más. Consigue sus propósitos y siempre pensando en ayudar a los demás, incluso cuando quizá no se lo merecían. Seamos realistas, ¿hay a caso dos personas iguales? No. Y si tenemos que criticar al que es diferente, tenemos que criticar a todo el mundo, incluso a nosotros mismos. Sinceramente, terminé de ver la película y pensé: Ojalá todas las personas fuéramos como Forrest, no te rías, piénsalo. Ojalá tuviéramos esa capacidad para "correr" frente a la adversidad, y puramente con nuestras mejores intenciones. Si todos fuésemos como él, no habría tantos conflictos sociales, ni guerras, ni discriminación... De hecho, el filósofo René Descartes, cuando más perdido y con dudas se encontró fue cuando terminó su carrera y "lo sabía todo". Y de hecho su filosofía de estar únicamente seguro de que existe un "yo" porque el resto no es seguro, se puede asociar a la película respecto a que él no percibe el mundo como el resto. Dejemos de ser tan listos, tan cultos, tan intelectuales, criticones, o simplemente, dejemos de ser burros de carga y ciegos, y seamos mejores personas.

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